Francisca Javier de Rafelbuñol

La Beata Francisca Javier de Rafelbuñol (en el siglo, María Fenollosa Alcayna). Nació en Rafelbuñol (Valencia) el año 1901, hija de José Fenollosa y María Rosa Alcayna, campesinos terciarios franciscanos. Eran 10 hijos, familia cristiana, piadosa.

Estudió en la escuela del pueblo;  devota de la Sma. Virgen, perteneció a la Asociación de las Hijas de María, a diario rezaba el Rosario y leía el Evangelio, en medio de sus ocupaciones domésticas. Para hacerse religiosa debió vencer la oposición de su madre, que la consideraba su brazo derecho en el hogar. Ingresó en la Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas en 1921, profesó en 1924. y en 1928 hizo los votos perpetuos.

Estuvo destinada en las fraternidades de Altura (Castellón), Meliana, Benaguacil y Massamagrell (Valencia); Enseñaba música a las niñas de la casa-familia y al mismo tiempo era maestra de novicias. Afable, simpática, alegre y devota. Se distinguía por su prudencia, ecuanimidad, simplicidad y humildad. Respetuosa de todos y de iniciativa. Cuidadosa en el cumplimiento de sus deberes, dada a la oración silenciosa, devota de la Eucaristía y de la Sma. Virgen. Aprovechaba las vacaciones en familia para hacer algún apostolado entre los jóvenes.

Fue estando en Massamagrell que la sorprendió la guerra civil española. El 20 de julio de 1936 tuvo que dejar el convento y cobijarse en su casa paterna. Localizada, la obligaron a hacer las faenas en la casa del Comité, hasta que, el 27 de septiembre de 1936, fue detenida y asesinada en el cementerio de Gilet (Valencia), junto con la beata Herminia Martínez Amigó. «Que Dios os perdone como yo os perdono», le oyó decir quien se disponía a darle el tiro de gracia.

Beata Herminia Martínez Amigó, madre de familia y mártir

Nació en Puzol, provincia de Valencia, España, el 31 de julio de 1887 y fue martirizada en Gilet, el 27 de septiembre de 1936

Beatificada por san Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001

Se la celebra el 27 de septiembre

Herminia Martínez Amigó, nace en España el 31 de julio de 1887 en Puzol, provincia de Valencia, y fue bautizada en la misma iglesia parroquial de Santos Juanes donde el 24 de febrero de 1916 contrajo matrimonio con Vicente Martínez Ferrer.

Tuvo dos hijos, muertos en la infancia. De familia acomodada se dedicó a sus labores, perteneció como laica a varias asociaciones religiosas, realizando numerosas obras de caridad y de misericordia, para con los pobres y colaborando con la parroquia en tareas de apostolado. Fundó una sociedad para la atención de los enfermos pobres en su ciudad y en ésta empeñó todos sus bienes, fue miembro de la Acción Católica.

Gracias a que disfrutaba de una posición social acomodada pudo permitirse ser muy generosa, tanto dando limosna como visitando y recogiendo enfermos. Cedió con frecuencia su casa para hacer el bien, así acogía a madres jóvenes a las que les sufragaba los gastos médicos. Acabando por fundar una sociedad para atender a enfermos pobres. Era muy conocida y se le tenía en gran estima debido a su labor en pro de los necesitados

Enferma del corazón no pudo cumplir con su deseo de participar todos los días a la santa Eucaristía, recitando, sin embargo, siempre el Rosario. Vivió una vida piadosa, de espiritualidad basada en la Eucaristía y la devoción a la Virgen.

Fue tomada prisionera junto con su marido y ambos fueron muertos el 27 de septiembre de 1936 en el cementerio de Gilet, junto a su marido y la beata Francisca Javier de Rafelbuñol por odium fidei (odio a la fe), durante la persecución religiosa que se desata en la Guerra civil española.

Sus restos fueron trasladados a la parroquia de los Santos Juanes de Puzol en 1958.

Conforme al Decreto de la Congregación de las Causas de los Santos, en la causa de los sacerdotes diocesanos, mujeres, hombres y jóvenes de Acción Católica y de otras asociaciones apostólicas de la archidiócesis de Valencia, leído ante el Santo Padre el 18 de diciembre de 2000, fue beatificada por san Juan Pablo II el11 de marzo de 2001, cuando fueron en total 233 mártires de dicha persecución los elevados a los altares; la fiesta litúrgica de todos los cuales se celebra el 22 de septiembre.

Dentro del santoral católico, en el martirologio cristiano figura su onomástica el 27 de septiembre.