miércoles, 25 de septiembre de 2024

El 1 de octubre de 1937 milicianos del PSOE fusilaron en La Franca

Listado con los nombres.

El 1 de octubre de 1937, milicianos del PSOE fusilaron en La Franca a 117 (ciento diecisiete) personas, de las cuales 87 eran guardias civiles que estaban siendo conducidos hacia Gijón tras la caída o liberación (según el punto de vista) de Santander, lo que constituye uno de los crímenes de guerra más desconocidos, aunque no de los más crueles, de cuantos se cometieron en la retaguardia republicana especialmente en 1936, 1937 y últimos semanas de guerra, ya en el 39.


Iban en 40 ataudes, 2 por cada uno. Los mataron en La Franca, Colombres (Ribadedeva). Los fusilaron pero uno quedó con vida y comunicó el suceso, razón por la cual desplazaron los cuerpos a Gijón y celebraron un funeral en la Iglesia del Sagrado Corazón de María (Gijón). También se puso una plaza conmemorativa. El entierro fue en Ceares en el 1939. (romerogijón).Fuente

jueves, 5 de septiembre de 2024

Especial: "Paracuellos es el mayor genocidio de toda la Guerra Civil"


En el invierno de 1936, en el municipio madrileño de Paracuellos del Jarama, se produjeron una serie de asesinatos masivos desde el 1 al 4 de diciembre que pasaron a la posteridad como la matanza de Paracuellos del Jarama, el gran genocidio de la historia de España perpetrado por el Gobierno republicano del Frente Popular durante la Guerra Civil.

Ramón Servert, una familia marcada por el terror rojo del Frente Popular...

 
Su padre fue fusilado en Vallecas y su padre en Paracuellos. Dice esta lápida "caído por Dios y por España". Ramón, de 96 años se emociona todavía al recordar aquellos momentos.

La vida de Ramón Servert Paez está marcada por las sacas del Frente Popular en Madrid, asesinatos masivos en retaguardia durante los meses de octubre y noviembre de 1936. Miles de personas fueron encarceladas de forma ilegal en checas y cárceles, torturadas y trasladadas en camiones y autobuses de la EMT para ser ejecutadas en grupo. En Libertad Digital dedicamos un especial a los mártires de Paracuellos del Jarama.

domingo, 18 de agosto de 2024

El médico de Posadas (Córdoba) asesinado por una checa socialista y olvidado por la «memoria» sanchista

Lápida de Simón Serrano en Posadas. (Foto: OKDIARIO)

Fuente

El de Simón Serrano Benavides, médico natural de Posadas (Córdoba), es uno de los crímenes del terror rojo más olvidados por la «memoria» sanchista. Precisamente por ello, la plataforma Pie En Pared de Marcos de Quinto, Juan Carlos Girauta o Esperanza Aguirre, entre otros comprometidos con la batalla cultural, le rindieron homenaje en 2023 justo en el lugar de Madrid donde se encontraba la checa socialista en la que estuvo recluido aquel septiembre de 1936. A partir de una tarea de investigación y tras acceder a documentación oficial, OKDIARIO pone rostro a esta víctima, objeto de una falsa acusación lejos de su tierra, y relata los pormenores del asesinato de este hombre de 28 años. Para que no caiga en el olvido.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Historia de España antes y durante la guerra

La masacre de las casas del Chorín

El bombardeo de la casa del Chorín (Oviedo) fue un suceso acaecido durante septiembre de 1936, en los primeros compases de la Guerra Civil española, en Asturias. La tragedia se produjo cuando un número indeterminado de civiles resultaron muertos y heridos por la explosión de una bomba lanzada por el Ejército Republicano, que tenía como objetivo principal el cuartel de Santa Clara de la ciudad ovetense.


La quema de la casa Profesa de los Jesuitas

La Casa Profesa de la Compañía de Jesús en la Gran Vía en llamas La Crónica del 17 de mayo de 1931 | Memoria de Madrid

El 11 de mayo de 1931, hacia las 10 de la mañana, algunos grupos de obreros –muchos de ellos ferroviarios– se mostraban alborotados en el entorno de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, la residencia más importante de la orden en Madrid, que se llamaba como otras anteriores de igual rango. Estaba en el número 12 de la calle Isabel la Católica, tenía fachada a la de Flor Baja, entrada desde la Gran Vía y vivían allí 22 jesuitas. Para situarnos: en su lugar está hoy el edificio del Teatro Lope de Vega (números 53 al 59 de la Gran Vía, en la esquina con San Bernardo). Esa mañana, el inmueble acabaría en llamas. - Fuente:

La 'quema de conventos' de 1931


No había pasado un mes desde la proclamación de la República cuando elementos exaltados de la órbita republicana protagonizaron las primeras algaradas. Objetivos: primero, los monárquicos. Enseguida, las iglesias, y ello a pesar de que la Iglesia, institucionalmente, había observado una exquisita neutralidad durante todo el proceso de instauración del nuevo régimen. Era el 10 de mayo de 1931. Cuando el Gobierno conoció la intención de las turbas de quemar templos, Azaña, cínico, comentó que sería un caso de “justicia inmanente”. Otros ministros interpretaron la amenaza como un “tributo” que la iglesia debía pagar “al pueblo soberano”. El ministro Maura propuso sacar a la Guardia Civil para frustrar los incendios, pero Azaña pronunció aquella frase tristemente célebre: “Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano”. El Gobierno no movió un dedo para impedir los incendios. Cuando una comisión de los incendiarios llegue a Presidencia, el ministro radical-socialista Marcelino Domingo se dirigirá afectuosamente al jefe de los pirómanos: era Pablo Rada, compañero de Ramón Franco en el Plus Ultra y, como él, jacobino y exaltado. El alcalde de Madrid, Pedro Rico, de la órbita de Azaña, emitió un bando tras los incidentes donde se dirigía a los asaltantes y elogiaba la “nobleza ingenua de vuestra exaltación”. No hubo represión por estos hechos. Al revés, Azaña aprovechó la situación para plantear la expulsión de los jesuitas. Mientras esa medida llegaba, el Gobierno expulsará al obispo de Vitoria, Mateo Múgica, y al cardenal Segura. Y Largo Caballero, como de costumbre, pedirá que se arme al “pueblo”, o sea, a los militantes del PSOE.

Los trenes de la muerte de Jaén, agosto 1936

Hacía solo 25 días que la sublevación militar había fracasado y muy pronto las cárceles de Jaén estuvieron repletas de detenidos, lo que obligó a convertir la catedral en prisión. En ella se hacinaban más de 800 detenidos, acusados de simpatizar con la rebelión militar, a los que se iban a sumar los detenidos por las tropas del general Miaja en Adamuz. - Fuente: