"Un ambiente horroroso"
Ramón nació en 1927 y fue bautizado "el cinco del cinco de 1935", se ríe al contarlo. Como si fuera ayer, se recuerda de niño en la azotea de su casa, María de Guzmán esquina Bravo Murillo, viendo el incendio del Colegio Maravillas, el de la Iglesia de los Ángeles, otro en la calle de la Flor, o el la Iglesia de los Dolores… Así se estrena la Segunda República en abril de 1931. Rememora cómo los milicianos e izquierdistas profanan las iglesias y tiran abajo las cruces. Un testimonio vivo de lo que han contado historiadores como Miguel Platón o Nicolás Salas. "Un ambiente horroroso", dice.
Una narración muy emocionante. El coronel de ingenieros no puede contener las lágrimas cuando recuerda "el último beso" que le da su padre, un 14 de octubre de 1936. Se va a trabajar al banco y ya no vuelve, "Ramón está en la checa de Fomento". Será fusilado en el cementerio de Vallecas. Su abuelo paterno, acaba en Paracuellos al mes, en la saca del 17 de noviembre. Su abuelo materno, militar retirado, recibe la visita de unos milicianos y se libra de la detención porque conoce al jefe de la cuadrilla, que le aconseja que se escape cuanto antes. La madre de Ramón se queda sola y sin nada. Se acuerda del bombardeo del pan en Madrid, "nos supo a gloria".
Servert, un apellido marcado
El recurso a la violencia nació al tiempo que el proyecto republicano. En el alzamiento de Jaca, diciembre de 1930, el capitán Fermín Galán difundió un bando que decía:
"Todo aquel que se oponga de palabra o por escrito, que conspire o haga armas contra la república naciente, será fusilado sin formación de causa".
Precisamente el destino fatal de la familia Servert se escribió en Jaca. Así arranca esta entrevista. Su abuelo paterno, el Coronel de Infantería Ramón Servert Fortuny, era el Gobernador Militar. Y aunque el día del golpe estaba de permiso y regresó cuando habían sido fusilados los golpistas, los capitanes Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández, participó en los juicios posteriores contra los que los apoyaron. El apellido quedó en la memoria de los que meses y años después ostentan el poder.
Ramón, como muchas otras víctimas de la barbarie del Frente Popular en los primeros meses de la Guerra Civil española, nunca ha querido que sus hijos vivieran esta trágica historia desde el rencor. Apenas la conocen. La familia desciende del médico Miguel Servet y del almirante Blas de Lezo. - Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario