La Guerra Civil Española (1936-1939) dejó cicatrices imborrables en la memoria colectiva, con episodios de brutalidad que aún estremecen. Uno de los más atroces ocurrió en Ronda, Málaga, donde las milicias del Frente Popular, específicamente las Juventudes de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), despeñaron a 512 personas desde el Puente Nuevo, a 98 metros de altura, en el verano de 1936. Este acto de violencia extrema, que incluyó a más de 100 mujeres entre las víctimas, no solo destaca por su crueldad, sino por el sadismo con el que se llevó a cabo, con risas y jolgorio acompañando cada lanzamiento al vacío. Sin embargo, la Ley de Memoria Democrática impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez omite este crimen, perpetuando una narrativa selectiva que ignora las atrocidades cometidas por el bando republicano. La matanza de Ronda en 1936, silenciada durante décadas, merece ser recordada como un recordatorio de los horrores de la intolerancia y el sectarismo